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Sillas infantiles a contramarcha, ¿son más seguras?

Sillas infantiles a contramarcha, ¿son más seguras?

Las sillas a contramarcha poco a poco comienzan a hacerse conocidas entre las familias.

Pero aún queda mucho camino por recorrer, muchos padres ni siquiera saben que hay otra alternativa a las sillas tradicionales que inundan las tiendas y la mayoría de los conductores españoles optan por sillas a favor de la marcha para proteger a sus hijos.

Pero ¿cuál es la mejor opción?, ¿es más seguro que los niños viajen en sentido contrario o a favor de la marcha? La respuesta es clara: en sentido contrario a la marcha. Siempre.

Sillas infantiles a contramarcha, ¿son más seguras?

Sillas a favor o en contra de la marcha: qué dice la ley.

La ley española establece que los menores con altura igual o inferior a 135 cm deberán utilizar un sistema de retención infantil (SRI) homologado y adaptado a su talla y peso, y en los asientos posteriores.

Hay dos normativas que conviven actualmente en nuestro país, en ellas se dicta que los menores deben ir obligatoriamente a contramarcha desde recién nacidos hasta 13 kg de peso (los grupos 0 y 0+) o hasta los 15 meses si utilizan sillas homologadas bajo la normativa i-Size.

Pero la DGT y la Fundación MAPFRE aseguran que en cuanto a seguridad, lo mejor es viajar de espaldas el mayor tiempo posible y recomiendan que los menores vayan en sentido opuesto a la marcha como mínimo hasta los dos años y a ser posible hasta los 6 años de edad. Cuánto más tiempo utilicen los pequeños este tipo de sillas, mucho mejor.

La Asociación Americana de Pediatría, avalada por diversos estudios, concluyó que los sistemas de retención infantil a contramarcha son cinco veces más seguros (sí, ha leído bien, CINCO veces más seguros) que los que van mirando hacia delante.

¿Por qué son más seguras en caso de accidentes?

A principios de los años 60 el profesor sueco Bertil Aldman desarrolló el primer prototipo de silla en sentido contrario a la marcha basándose en la posición de espaldas en el interior de los vehículos espaciales con la que amerizaban los astronautas de la

Falsos creencias sobre su uso.

A pesar de las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico, de expertos en seguridad vial y pediatras, la mayoría de las familias no se decantan por esta opción que sin duda es la más segura para sus hijos. Esto es en parte debido a una mala o escasa información y por las dudas que genera su uso cuando los menores crecen.

Muchos padres se sienten inseguros al conducir si no pueden ver a sus hijos ya que éstos viajan de espaldas. Pero para ello podemos comprar un pequeño espejo retrovisor que se coloca frente al niño, en el respaldo del asiento trasero del coche. Una solución sencilla y muy útil para ver cómo están nuestros pequeños.

Otras de las mayores inquietudes es cuando vemos a los niños crecer y crecer, y pensamos ¿cabrán en la silla? Tendemos a pensar que viajarán incómodos, que no tienen espacio suficiente para colocar las piernas. Es cierto que cuando son más altos, las piernas deben ir flexionadas (no significa que estén incómodos, ¿eh?) pero las sillas están diseñadas para dejar espacio libre para los niños más grandes. Al fin y al cabo todo dependerá del modelo de silla que tengamos y del tamaño de nuestro coche.

Por último, ¿quién no ha escuchado aquello de “si van mirando hacia atrás, los niños se marean más en el coche”? Una afirmación que no es cierta pues si los niños se acostumbran a ir en esta postura no tienen por qué marearse (al menos no más que los niños que miran hacia adelante). Si su hijo o hija tiende a marearse en el viaje en coche, da igual en qué sentido vaya, ¿verdad?


Si estás buscando una sillita para el coche, apuesta por un sistema de retención a contramarcha que garantice la seguridad de los más pequeños. Aunque lo mejor, por supuesto, sería no tener que comprobar nunca su eficacia.


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