Modelos SUV a prueba: Consejos de compra

Los SUV son más populares que nunca. ¿Qué hay que tener encuenta a la hora de comprar? ¿Qué tamaño es el adecuado? ¿Necesita siquieratracción a las cuatro ruedas? 

Uno de cada tres compradores de coches en Europa adquiereahora un SUV: ya casi nadie quiere una berlina clásica con portón trasero. Elmotivo es obvio: en un SUV uno se sienta más alto y tiene así una buena visiónde conjunto, el espacio disponible suele ser mejor y la variabilidad en algunosSUV es tan buena como en una furgoneta. Sin embargo, los SUV no están exentosde polémica. Los representantes especialmente voluminosos, como el Audi Q8 o elBMW X7, tienen fama de ser unos devoradores de combustible pasados de moda yson casi demasiado grandes para las carreteras locales: lo pasan mal enaparcamientos estrechos y plazas de aparcamiento dúplex. Y si ocupas dos plazasde aparcamiento con ellos, te haces muy impopular entre los demás conductores.

Pero (afortunadamente) no sólo hay gigantes SUV: La grandemanda crea una gama correspondientemente diversa, especialmente en el caso delos SUV pequeños como el Ford Puma, el Opel Mokka y el VW T-Cross o los SUVcompactos como el Ford Kuga, el VW Tiguan o el Kia Sportage, que representan lamayor parte en términos de unidades. Apenas queda un fabricante que no tengauno o varios de los coches de moda en su gama. El cliente tiene más dondeelegir, pero también más donde elegir. He aquí una pequeña guía.

SUV es la abreviatura de "Sports Utility Vehicle".En sentido literal, es un vehículo deportivo con valor utilitario. El SUV sediferencia de un todoterreno en que sólo tiene capacidades todoterrenolimitadas. Por ejemplo, carece de caja reductora y la distancia al suelo nosuele ser especialmente buena. Por no hablar de la articulación del ejeutilizable.

En el caso de los SUV de tamaño medio, a menudo surge lapregunta: ¿deberías quedarte con las dos ruedas motrices o darte el capricho detener tracción total por un sobreprecio? Depende. En carreteras nevadas opistas embarradas, por ejemplo, la tracción total tiene ventajas. Así que, siconduces a menudo en esas condiciones o incluso vives en las estribaciones deSierra Nevada, deberías considerar la opción. En la mayoría de los casos, elconsumo extra se mantiene dentro de unos límites, sobre todo porque el segundoeje sólo se suele conectar automáticamente cuando es necesario de todos modos(es decir, cuando se pierde tracción).

Los SUV más pequeños suelen ofrecerse exclusivamente contracción delantera, como el Toyota Yaris Cross, el VW T-Cross, el Seat Arona oincluso el no tan pequeño Citroën C5 Aircross. Las excepciones son el SuzukiVitara o el Jeep Renegade, que también están disponibles con tracción total porun sobreprecio. Cuanto más grande y potente es el SUV, más frecuente es latracción total.

No necesariamente. Como un SUV tiene más altura libre alsuelo que una furgoneta, por ejemplo, pierde tanto espacio como el voluminosocapó. Una furgoneta clásica suele ofrecer más espacio que un SUV debido a su"diseño de caja única", pero en comparación con un coche familiar, lasensación de espacio suele ser mejor en un SUV.

En algunos modelos, la variabilidad interior se acerca a lade una furgoneta. El Seat Tarraco, por ejemplo, ofrece un asiento traserodeslizante y, con sobrecoste, una tercera fila de asientos para que quepanhasta siete personas. La posición ligeramente elevada de los asientos hace quela entrada sea más cómoda en la mayoría de los casos. Y la visibilidad, almenos hacia delante, es mejor que en un turismo. Para muchos, ésta esprecisamente la razón más convincente para comprarlo.

Desde los SUV pequeños (por ejemplo, Ford Puma, Kia Stonic,Škoda Kamiq, Seat Arona, Renault Captur) hasta los SUV compactos (por ejemplo.Nissan Qashqai, Ford Kuga, Opel Grandland, Seat Ateca, VW Tiguan) arepresentantes de la clase media (BMW X3, Mercedes GLC, Toyota RAV4), la clasemedia alta (Audi Q8, BMW X5) y la clase de lujo (Bentley Bentayga, Rolls RoyceCullinan). Los niveles de precios difieren en consecuencia.

Pero, ¿cuál es el tamaño adecuado? Tienen razón quienes venen el pequeño SUV VW T-Cross una alternativa más práctica al VW Polo. Porejemplo, es sólo seis centímetros más largo que el Polo, pero 13 más alto; elinterior es, por tanto, algo más espacioso - pero no es un milagro de espacio.Al fin y al cabo, el T-Cross también se basa técnicamente en la plataforma delPolo. Por tanto, un todocamino suele ser medio más grande que su homólogo.

Atención: no todos los SUV se disparan en altura. Un SeatArona o un Kia Stonic pueden tener una carrocería diferente a la de un Ibiza oun Rio, pero difícilmente se sientan más altos. El término crossover en lugarde SUV se ha impuesto para estos modelos. Un crossover es un coche que no puedeasignarse a ninguna categoría de vehículo. Por eso es importante probar elcoche antes de comprarlo.

Los SUV coupé, como el Audi Q3 Sportback, el BMW X4, elMercedes GLC Coupé y el Renault Arkana, están en alza. Suelen ser confusos(sobre todo hacia atrás) y tienen menos espacio que sus homólogos concarrocería normal. Desde luego, la gente no compra este tipo de coches porrazones racionales, sino más bien visuales.

Para los SUV grandes, un motor diésel económico no es malaelección, sobre todo porque los valores de emisiones de escape de los modelosactuales de la Euronorma 6d o la antigua 6d-TEMP también están en la zonaverde, es decir, muy por debajo de los valores límite. Para los modelos máspequeños, un motor turbo de gasolina puede ser una buena alternativa, ya que elpar motor también es adecuado en este caso y el consumo se mantiene dentro delos límites.

La oferta de sistemas de propulsión alternativos no deja decrecer, y no sólo para los SUV caros. Seat, por ejemplo, ofrece el Arona enversión de gas natural, y el Hyundai Kona y el Kia Soul ya cuentan con buenasautonomías diarias de unos 400 kilómetros como coches eléctricos aptos para eluso diario.

Si te desplazas todos los días al trabajo, quizá te convengaun híbrido enchufable como el Cupra Formentor o el Opel Grandland, por citarsólo dos de los SUV enchufables cada vez más numerosos. Pueden recorrer unos 50kilómetros en modo puramente eléctrico antes de que entre en funcionamiento elmotor de gasolina. Los híbridos puros, como el Honda CR-V y el HR-V, muestransus ventajas sobre todo en el tráfico urbano y en carreteras comarcales, dondesu economía es agradable.

Los llamados híbridos suaves (tecnología de 48 voltios) soncada vez más comunes. Sólo tienen una batería adicional muy pequeña y unpequeño motor eléctrico o, a menudo, sólo un generador de arranque que apoya almotor de combustión, pero que sólo puede hacerse cargo de la conducción encasos muy contados en tramos cortos de carretera. Las ventajas de consumo son,por tanto, muy limitadas.

Si el SUV también se va a utilizar como vehículo deremolque, tiene sentido informarse de antemano con mucha precisión sobre lacapacidad máxima de remolque. Porque hay grandes diferencias. Los modelospequeños y los vehículos con tracción alternativa a menudo sólo pueden llevaruna pequeña cantidad en el gancho - algunos incluso no están autorizados aremolcar nada en absoluto. Así que si quieres irte de viaje con una caravanagrande, un Lexus UX no es una buena opción: puede remolcar un máximo de 750kilos -independientemente de si es híbrido o con motor de gasolina-.

El Jaguar i-Pace, puramente eléctrico, es completamenteinadecuado como vehículo de remolque por su nula capacidad de arrastre. Sucompetidor eléctrico, el Audi e-tron quattro, tiene una capacidad de remolquede 1.800 kilos, y el más reciente BMW iX incluso de 2.500 kilos. En el caso deun vehículo eléctrico remolcable, sin embargo, hay que tener en cuenta que laautonomía con remolque se diluye enormemente y que a algunas estaciones derecarga no se puede acceder con remolque.

Los SUV más grandes con potentes motores diésel siguensiendo los más adecuados como vehículos de remolque. Incluso el Audi Q3 40 TDIcon 190 CV puede remolcar 2,2 toneladas, un BMW X5 Diesel 3,5 toneladas.

Los SUV cuestan más que los familiares o las berlinas. Comoocurre con el resto de coches nuevos, los precios de los SUV se han disparadoen los últimos años. El modelo más barato del mercado es el Dacia Duster, cuyaversión básica ronda los 14.500 euros. Los SUV pequeños suelen rondar los 25.000euros. El Opel Crossland, por ejemplo, empieza en unos buenos 26.000 euros. UnSUV familiar está entre 30.000 y 40.000 euros, según equipamiento ymotorización. El modelo básico del Nissan Qashqai, por ejemplo, cuesta unos29.000 euros, al igual que un Hyundai Tucson. Sin embargo, el cielo es ellímite. Con un gran motor y un buen equipamiento, incluso los SUV de gama mediadejan de ser una ganga.

Pero el precio de compra es sólo la mitad de la verdad: loscostes fijos y de funcionamiento, como el seguro, los impuestos y lasrevisiones, son un gasto tan importante como los neumáticos, por ejemplo, quesuelen ser más grandes y, por tanto, más caros que en los cochesconvencionales. Tampoco hay que olvidar la depreciación, que en últimainstancia es lo que más influye en los costes totales. Sin embargo, los SUVsuelen tener un valor bastante estable.