Hitos que nos hacen equipo: lo que aprendimos entregando coches (y sonrisas)

En Crestanevada acumulamos muchos hitos a lo largo de los años: apertura de tiendas, mejoras de procesos, reconocimientos… y podríamos hacer una lista larguísima. Pero hoy queremos detenernos en uno que nos define por dentro: las fotos de entrega y todo lo que hay detrás de ese momento. No es solo una imagen; es una manera de trabajar que nació, creció y se ha mantenido gracias al esfuerzo compartido y al traspaso de conocimiento entre compañeros.

Si hay un nombre propio en esta historia, es el de Ana Pérez. Hace años empezó a “romper el guion” de la entrega típica: diferente, divertida, entrañable. Con detalles pensados para cada cliente, con humor y cercanía, convirtió un trámite en una experiencia memorable. Muchos hemos aprendido de su forma de hacer: observar, preguntar, personalizar y celebrar. Y, sobre todo, compartir lo que funciona para que otros compañeros puedan replicarlo a su manera.

De ahí ha salido una cultura muy nuestra:

• Mentoría natural: quien domina una parte del proceso “apadrina” a quien llega. Se aprende mirando, probando y recibiendo feedback.

• Playbook vivo: buenas prácticas de entrega, checklists simples y guiones flexibles que se actualizan con ideas del día a día.

• Rituales compartidos: el detalle sorpresa, la explicación tranquila, la foto final, el “gracias” que es de verdad.

• Aprendizaje cruzado: lo que inventa una tienda se prueba en otra; lo que mejora un equipo se comparte con todos.

El resultado no son solo premios en fotos de entrega —que ya suman años y nos hacen ilusión—, sino algo mayor: clientes que se van felices y un equipo que se reconoce en lo que hace. Porque la excelencia no nace del talento individual aislado, sino de personas que se enseñan unas a otras.

Gracias, Ana, por encender la chispa. Y gracias a cada compañero y compañera que, con su forma de entregar, de explicar y de acompañar, multiplica la Felicidad de Serie. Sigamos haciéndolo juntos: compartiendo lo que sabemos y aprendiendo de quien tenemos al lado. Ahí está nuestro verdadero hito.